Tomar el riesgo y cosechar las recompensas.
No hay duda de que ser dueño de tu propio negocio es una propuesta arriesgada. Pero con el riesgo viene la recompensa.
Existe un número ilimitado de variables en casi todas las áreas de la empresa, y así como piensas que tienes las cosas bajo control en una, luego todo puede cambiar. Con el tiempo aprenderás a distinguir las buenas oportunidades de las malas. Aprendes a aparentar compromiso ante nuevos productos, sin llegar a comprometerte financieramente hasta obtener comentarios y pedidos de tus clientes. También aprenderás a crear estrategias de salida para situaciones malas y cómo maximizar las buenas. La mayoría de la diversión está en trabajar en un proyecto de varios años con tu equipo, superando todos los obstáculos.
Desafíate a ti mismo.
Algunas personas prosperan en la rutina de su trabajo, realizando las mismas tareas día tras día. Como emprendedor, puedes apostar a que cada día estará lleno de nuevas oportunidades, de desafiarte a ti mismo, ser creativo y aprender algo nuevo. Cada día, aprenderás algo nuevo sobre el hecho de ser propietario de un negocio. Ya sea algo acerca de los impuestos, contabilidad, o la gran cantidad de conocimientos que giran alrededor de dirigir una empresa. Siempre me fascina el conocimiento que aprendo cada día, sólo para mantener el negocio en marcha. ”
Sigue tus sueños.
Muchos emprendedores dicen que las largas horas que invierten en el crecimiento de su negocio, no se sienten como si fuera trabajo porque en realidad, se están divirtiendo con lo que hacen. Ya que pasarás largas horas de tu vida trabajando porque no hacerlo tu pasión y tu misión en la vida.